Al fin de la semana pasada, se produjo una requisitoria de la dirección de Cultura del Municipio, sobre un subsidio entregado a un lobense.

Si bien es cierto que la requisitoria se ajusta al decreto por el que se le otorgó, también es cierto que en el primer decreto que se emitió el 15 de diciembre de 2023, no concordaban las cifras, abultadas y mencionadas en el mismo respecto del contrato original. Por supuesto que el decreto original, que luego fue suplantado está  a resguardo.

También es cierto que el decreto menciona en presente la entrega del dinero, cuando en realidad se entregó casi tres meses después.

Por el lado de la factura por secretaría de Cultura, se solicitaba la rendición, con cualquier factura, incluso que no formara parte del contrato. Sugiriendo incluso, que se comprara a un tercero.

Lo cierto es, y por dichos de las personas involucradas, que esto es frecuente en la rendición de grandes eventos que propicia el municipio. La pregunta: ¿es legal? que se rinda un aporte de dineros públicos con un fin específico, con facturas compradas y/o de favor?.

El Cuarto Poder salió a la casa de la información publicada en medios locales, para ver los involucrados en grandes eventos, y si sus contrataciones están rendidlas con facturas propias o de terceros, para acercárselas al tribunal de cuentas de la provincia para que evalúe si esto amerita algún tramite de oficio.