Con la bronca y el desequilibrio a flor de piel, quien debería cuidar al ciudadano más desprotegido, castiga económicamente al argentino de a pie.

El error o mejor dicho, la torpeza cometida por todos los políticos de LLA, ha derivado en una serie de disposiciones que a cada instante van en aumento, haciendo que el día a día de la masa trabajadora vea como es cada vez más imposible hacer frente al sustento cotidiano.

EL BLOQUEO DEL 98 % DE LOS APORTES DISCRECIONALES A LA PROVINCIA, causa serios problemas a quienes las gobiernan.

Con la seguridad de que fue traicionado por que no le votaron la LEY BASE como el quería, intentando ocultar la inoperancia de sus negociadores y la burrada de sus legisladores en  entender las reglas reglamentarias del Congreso, el Presidente Milei está cumpliendo con su amenaza de ahogar financieramente a las provincias, subejecutando partidas que le corresponden a cada una de ellas, sino además, dejando sin fondos coparticipables a muchas de ellas.

Un caso emblemático es el no envío del fondo incentivo docente a ninguna provincia, Buenos Aires pagó los sueldos docentes incluyendo el fondo compensador de la Nación, que ésta debería haber depositado.

Lo mismo sucedió con el depósito de los fondos SAE, que la Nación tampoco depositó pero, que sí el gobierno hizo efectivo aumentándolo, incluso, un 100% con esfuerzo de las arcas provinciales.

La escaladas agresivas con las provincias van en aumento, no solo con dichos y obras del Presidente, sino que ahora se suman sus ministros arreciando a cada instante, con una seguidilla de acciones que atentan contra la paz social dentro de todo el territorio argentino.

La quita de subsidios al transporte en las provincias, es una nueva tropelía sin sentido, salvo el odio y venganza hacia quienes no lo satisfacen.

No se recuerda una conflictividad  entre  el gobierno central y las provincias, a no ser en la época de la colonia.  En esta vorágine de decisiones contra el bolsillo de los ciudadanos, el individuo que debe resignar cada vez más y más, está haciendo un caldo de cultivo para que el pueblo salga a la calle.