DESASTRE EN LA MAÑANA DE HOY EN LA TRADICIONAL CONFITERÍA EL ESCRITORIO.

Con la sangre caliente al leer la portada del PASQUIN, ( como lo tildó Daniel Paskman), sobre lo que piensan los jóvenes, fui a tomarme un café temprano en la tradicional confitería de 9 de julio.

Desastre total, casi lleno de jóvenes de ambos sexos ocupando las mesas y un montón de desperdicios sobre las mesas. Pude presenciar el destrato de ellos hacia las jóvenes mozas del lugar. El piso parecía uno de un viejo retrete de una pocilga de antaño, servilletas por el piso, vasos tirados sobre las mesas, restos de comidas esparcidas por el piso, en el interior, algunos parroquianos que hablaban de las bondades de la «libertad».

Las mozas iban y venían tratando de acomodar las cosas y atender a los clientes, entre ellas la que me acercó  el cortado, visiblemente nerviosa por los destratos recibidos, todos los que estaban en la atención del local, incluso detrás de la barra. Algunos comentaban la situación, algún vaso roto, ceniceros de vidrios, roto y esparcidos en el piso.

Era evidente que la mayoría de los jóvenes eran hijos de asiduos visitantes de este tradicional lugar, algunos fueron reconocidos. «Mirá el nene de….», algún comentario descolgados de los presentes. La falta de respeto y la supremacía de ser el nene de papá, quedaron a la vista.  Y no eran «cabecitas negras», o de las tosquitas o de emplame como suelen mencionar algunos, o de escuelas barriales, «centro, puro centro «manifestó otro parroquiano.

Me pregunto el editor del semanario que publicó tan erróneamente la encuesta que organizó el Instituto 43, ¿Dónde estaba?, ya que es asiduo visitante al lugar. ¿Titulará en próximas ediciones sobre los sucedido?,  es indudable que ser miembro de ADEPA, lo iguala al diario de tirada nacional que hace lo mismo.

Probablemente a este tipo de periodismo le sirve publicar cosas con tantos títulos errados, aún más, ¿se le olvidó LA NOCHE DE LOS LÁPICES?, o simplemente es su línea editorial que hace que se olvide de la historia de los derechos que cierta parte de la política logró a pesar de que quieren mantener en el olvido.