La tarde ya había terminado cuando este cronista llegaba a las instalaciones de la CANCHA DEL CLUB MADRESELVA. Con una caja de alimentos no perecederos que dejó en el ingreso, fue acompañado por personal del club, hacia el interior de la cancha, donde se había montado un pequeño escenario. La música acompañaba a la multitud que seguía ingresando al estadio, que en semipenumbras, solo mantenía encendidas algunas luces criteriosas para que la organización se desplegara a pleno.

El color rojo y negro teñía no solo el campo de juego, sino, incluso, las instalaciones. Multitud de chicos, jóvenes y adultos con las camisetas deportivas de la institución en un incesante ir y venir, parecían borbotones alegres que contrastaban con las luces psicodélicas que danzaban hacia la oscuridad del cielo que, pareció contagiarse de los festejos manchando el horizonte de un color rojo semi intenso que en breve oscureció en la lontananza de la noche solo para dejar paso al inicio de los festejos.

Mientras llegaban las autoridades municipales, con el intendendente a la cabeza, acompañado por el secretario de gobierno, el secretario de seguridad, secretaria de desarrollo y promoción social y el secretario de hacienda y producción, sentado en un banco a la vera del alambrado, estaba el emblemático  LUIS CARACOCH, mientras que su actual presidente Toto Cagliari con el frenesí propio de la organización ultimaba los detalles finales.

El locutor del evento muy emocionado, presentó a Luis Caracoch, quien con unas breves palabras cargadas de emoción y recuerdos, le dejó el paso al Presidente de la institución, TOTO CAGLIARI, dando inicio a lo que todos esperaban. Palabras profundas, cargadas con recuerdos, agradecimientos y, un dejo de melancolía para quienes partieron de este mundo, dejó en claro hacia adonde se dirigen los directivos acompañados por su comisión directiva y colaboradores. Todo lo que atañe al futbol lobense, estaban presentes en el estadio, desde la liga lobense de futbol, pasando por el gremio de los árbitros, jugadores de otras instituciones, directivos y vecinos del lugar, colmaron las instalaciones deportivas del club.

El intendente Jorge Etcheverry al hacer uso de la palabra, mas allá de las felicitaciones de la ocasión, convocó a la comisión directiva a su despacho, para trabajar en el comodato de un terreno para las prácticas, con la intención de conservar el cesped del estadio que estrenaba luces.

Luego vino el coteo definitivo que el público coreo a viva voz, y llegado el momento cero, las luces se encendieron dando el marco espectacular que coronó las emociones por doquier. Abrazos, lágrimas y más emoción con la alegría del deber cumplido.

Diferentes categorías dela institución, hicieron uso de lo inaugurado para luego dar paso a los mayores en un partido entre el combinado de figuras, con el privilegio de contar en sus filas, a RICARDO BOCHINI, como así también Wilson, Barrado, Diz, Ayastuy, y la sorpresa del secretario de gobierno municipal, Pablo Hasper, mientras  que del otro lado, estaba el seleccionado campeón del 93, dirigido por Caracoch. A la hora de iniciar el juego, el puntapié inicial lo dio el socio de mayor edad de la institución, el Negro Corvela.

Quien lo miraba desde afuera del rectángulo de juego, fue el Burrito Ortega, que padecía un esguince. Al momento que este cronista ingresara al vestuario para obtener una foto y unas palabras del Burrito, manifestó sentirse orgulloso de estar en estos momentos en Madreselva, sin dejar de firmar camisetas de los pibes de las inferiores.

La organización fue PERFECTA EN TODO, los encargados de seguridad que en todo momento controlaron estupendamente bien todo el desarrollo, vestidos de negro y con las siglas de seguridad, al igual que la inmensa cantidad de colaboradores del club, en el asador, la cantina, co o en la entrada recibiendo donaciones de comestibles, para ser entregados a instituciones de ayuda.

Una noche perfecta en todo sentido, a punto tal que hasta la luna cuando inició su recorrido hacia el cenit de la noche, pareció brillar con más intensidad, prometiéndose brillar entre las dos luces que se perdían en el infinito, mientras que de fondo se escuchaba a Los Palmeras con su clásica cumbia Sabalera, tal vez haciendo alusión a los colores rojinegros que ambos clubes comparten.