SE QUEDÓ CON EL CLÁSICO ANTE PROVINCIAL

El partido parecía que iba a tener un dominador común, Provincial se movía con criteriosa tranquilidad imponiendo su juego a punto tal que el peso de sus atacantes, en cualquier momento, cerraría el partido. Pero no fue suficiente, de a poco comenzó a diluirse y Rivadavia comenzó a jugar la pelota con más coraje que disciplina.

Por esos momentos, un jugador comenzó a destacarse y a empujar el peso de los albirrojos, Matías López hacia pesar su juego y marcaba la diferencia con cada intervención. Tal vez Rivadavia no fue mejor que Provincial por esos momentos, pero el buen tino de López y su descollante juego comenzaron a sacar diferencias, a punto tal que en dos oportunidades hizo palpitar al máximo a los hinchas de su cuadro que, con el clásico ¡uhhhh!, acallaron su grito de gol.

La primera jugada fue en el primer tiempo, la pelota pasó rasguñando el travesaño, en la segunda pelota, López le pegó con clase y Kozicki, con una gran sutileza, ahogó el grito de la tribuna contraria.

En el segundo tiempo, López siguió creciendo con su juego y las cosas se invirtieron. En el primer encontronazo, volvió a ganar Kozicki, pero en el segundo le pegó al balón de tal manera que, cuando la pelota despegó del pie de López, ya tenía destino de gol, de esos que entra como fórceps, allá en el ángulo donde a los arqueros solo les queda mirarla pasar.

Esta vez, el grito salió del alma de los hinchas de Rivadavia. 27 fechas y este triunfo que les permitió dejar de sufrir, festejar y dar rienda suelta  a la algarabía que tanto esperaban.

La caravana hasta el Enrique Chioso se mezclaba entre la alegría, las lágrimas y los sueños.

La tarde llegaba a su final y los festejos seguían. El «León» comenzaba a afilar sus uñas para el próximo partido.