Un recuerdo de quien fuera el Director de Turismo de Lobos.
Buscando personajes que marcaron un camino, encontramos una nota del ex D|irectorde Turismo, en sus inicios como estudiante en el chaco.
DUEÑO ANTIGUO DE LAS FLECHAS.
Una contribución de IGNACIO SUAREZ, Licenciado e Turismo y Escritor. editada en la revista de Editorial Luna de marzo.
Con esta canción de Mercedes Sosa, y reversionada por el dúo Tonolec, musicalizaría este texto. Es más, mientras estoy frente a la computadora, estoy escuchando ambas versiones.
Pasando por mi corazón los tres años en que el Impenetrable Chaqueño me abrió sus montes y marcó mi vida para siempre, hasta mi piel, donde llevo una de sus palabras tatuadas: Tofwañhat (algo así como “saltar hacia cosas mejores y ser libre”).
Hace algún tiempo, era yo un reciente egresado de la Licenciatura en Turismo, de solo 22 años, que se preguntaba: ¿Cómo sigue la vida ahora? Sin trabajo, con ganas, pero sin experiencia. Un día, de aquellos, llegó a mi correo electrónico una convocatoria destinada a jóvenes profesionales, para realizar una pasantía en el “Impenetrable Chaqueño”. Ni lo dudé y envié mi CV, bastante pequeño, pero con 100% de disponibilidad. Asistí a charlas y reuniones: un proyecto educativo para formar en Turismo a jóvenes en esa región olvidada y poco conocida
Fue así como, en marzo de 2011, subía a esa aventura. Caminos de tierra sin fin, rodeados de monte espeso, osos hormigueros, una huella de puma, un camión transportando ilegalmente el producto de la tala indiscriminada. Dos o tres horas después, un pueblo, una mujer wichí, un niño descalzo, calor agobiante, ruido a naturaleza.
Mi “aventura” de un mes se transformó en un estilo de vida de tres años. Fui profe de las materias relacionadas con turismo pero, a la hora de la práctica, me transformaba en un alumno: salidas a relevar pueblos y parajes, comunidades de pueblos originarios, estudiar el idioma wichí y entender su cosmovisión.
La relación que tanto “criollos” como “wichis”, tal se diferencian ellos, tienen con la naturaleza me llevó a valorizar cada vez más mi propia relación con ella. El respeto a un monte “impenetrable”, casi imposible de ingresar, con muchos misterios, leyendas, secretos.
El monte les da lo necesario: la madera del quebracho, del palo santo; los peces del Bermejo; la infinidad de especies que lo habitan (algunas sagradas, como el yaguareté). Los hilos de sus tejidos surgen del chaguar (Bromelia hieronymi), una planta que ofrece una fibra textil, utilizada para la confección de artesanías y objetos de uso cotidiano como shicas o bolsos.
Hay épocas en las que al seco monte se le termina el agua y épocas donde abunda demasiado. Donde el yuchán, o más conocido como palo borracho, se ahueca y sirve de chalana (bote) para salvar el ganado caprino que las familias crían para el consumo.
La vida en el monte, por supuesto, es distinta a todas las conocidas en cualquier viaje: el sol es intenso; el viento norte es sofocante; las lluvias esperanzadoras pero, si hay muchas, los caminos se ponen indómitos.
¿Cómo termina esta historia? En 2013, mis siete alumnos se recibían de Técnicos en Turismo y Ecología.
Ahí andan, cada uno tomó un camino de los tantos que tiene el monte.
Nunca mejor elegido el eslogan que usa la provincia para “vender” su oferta turística: “Chaco, el Secreto de Argentina”.
IMPENETRABLE CHAQUEÑO
Se encuentra ubicado al noroeste de la provincia del Chaco, formando unos 40.000 km2 de Monte nativo.
Allí vive, en su mayoría, la comunidad Wichi y, en cercanías a las principales ciudades, la comunidad Qom.