En las reuniones de comisiones del jueves por la noche en el CD de Lobos, este cronista pudo observar casi  una escena de pugilato entre dos concejales.

Es que parecería que el presidente del bloque de ¿juntos? Estrada  , ah, no cierto que ahora la UVC es bloque aparte, quiso echar al concejal Barrere de la oficina donde se desarrollaba una reunión. Por suerte, otro concejal intervino para  que las cosas no pasaran a mayores.

Intentando averiguar entre integrantes del cuerpo si es común este tipo de situaciones entre pares, nos enteramos de que sí, son asiduas  y, casi siempre es el mismo concejal quien arremete con estas circunstancias.

Será que el pasado peronista produce esta distorsión de comportamiento, o es que su falta de criterios para solucionar conflictos entre pares lo hace actuar con prepotencia.

Nos llegó al correo  de lectores, los enojos por el estado de calle Buenos Aires algunos días por la mañana, el barrido de la calzada no suele hacerse en forma conveniente. Hay frentistas que deben barrer su pedazo de calzada día por medio.

Se comenta que hay muchos casos de sífilis de jóvenes adolescentes en la ciudad, el contagio de enfermedades sexuales  ha crecido en Lobos. No sería necesario intensificar una campaña de concientización al respecto.

Los hechos que se repiten casi a diario en la ciudad, empiezan a llegar a la Provincia, pero más preocupan que habría un olvido o demoras en las tramitaciones de algunas denuncias.

Existirían entre ciertos profesionales del derecho, una matríz en la similitud de «algunos casos» y, el tratamiento que se les dría a ciertas actuaciones.

Los casos de la ciudad de intrusión en los hogares de Lobos, sin resolver, parece que empiezan a elevaar la inquina de alguno de ellos, «nos dicen que sin denuncia no hay delito, pero sucede que con denuncias, tampoco hay esclarecimientos.» Confesaba a este cronista un enojado vecino.

De los considerandos en el expediente, nos contaba un profesional del derecho, que tuvo acceso a los expedientes del caso de los hermanos Yñiguez, se desprendería  que existiría una matriz entre una  operatoria ya experimentada en otros distritos de la provincia, para  apoderarse de terrenos que luego entrarían al   circuito de ventas.

«Al final, son empleados municipales o no, decía un vecino muy enojado, Rustom aseveró sí, pero están presos».

Esa y otras preguntas llegan a la mesa de trabajo de este cronista, la verdad es una sola. El silencio del Municipio.

Otra pregunta que no solo llega al correo de lectores, sino también circula por las redes.

«Por qué tengo que pagar tanto amento de tasas, si no me prestan los servicios que dicen». El zanjeo no existe, las luces de mi barrio, la mitad están quemadas. Si yo me atraso, me cobran intereses, ¿Hasta cuándo va a seguir esto?, gritaba Ofelia en la cola del Banco Nación.