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JUEGO DE NAIPES, CAPÍTULO DOS.

Segundo capítulo de Juegos de naipes,

de Lucas Tomás Plácido.

 

Capítulo 2: La investigación del detective

 

El comisario Riestra y el oficial Peña se alejaron del lugar trasladando al detenido. Esteban Luro, en tanto, se ocupó en hacerle algunas preguntas al señor Celestino Hernández. Luego se dirigió a mí para consultarme si deseaba acompañarlo a hacer la inspección ocular del lugar.

Unos minutos más tarde, ya nos encontrábamos accediendo al salón principal en el cual ocurrieron los hechos a través de la robusta puerta de doble hoja que daba acceso al inmueble. El salón comedor era amplio y se destacaba en el centro una mesa rectangular rodeada de sillas. El resto del mobiliario estaba compuesto por un armario que contenía piezas de vajilla, una mesada de madera empotrada en la pared de uno de los costados, y una cocina a leña ubicada en una de las esquinas. El piso era de ladrillo y la habitación  poseía una ventana en la pared opuesta a la puerta de acceso, la cual se encontraba abierta. Otra puerta en la pared lateral derecha conectaba con una habitación un poco más pequeña, en la cual se advertían varios percheros y un ropero de cedro. Esta última habitación, también poseía una ventana que se encontraba cerrada y algo que parecía ser una puerta trampa en el piso que daba acceso a un sótano.

Mientras el detective realizaba algunas anotaciones, me detuve a observar algunas vajillas del armario y una gran pava de loza que se encontraba sobre la cocina a leña. Al girar, veo a  Esteban Luro parado delante de la mesa del centro del salón, sobre la cual se encontraba desperdigado un mazo de naipes españoles. Miraba la mesa como hipnotizado en el más profundo silencio. Luego de algunos minutos me dirigió la palabra.

  • ¿Le sugieren algo los naipes? – me interrogó.
  • Solo me sugieren que había dos personas jugando a las cartas, tal vez al truco – le respondí.

En efecto podían advertirse dos grupos de tres cartas en cada uno de los extremos de la mesa, con el mazo a un costado.

  • Sí, seguramente se estaba disputando una partida de truco entre dos personas. Aunque los naipes podrían indicar algo más. La policía ya ha requisado todo el lugar y según tengo entendido nadie ha salido ni entrado luego de producido el disparo ¿no es así?
  • Sí – le respondí – La policía ha revisado tanto el interior del inmueble como sus alrededores sin encontrar más de lo que ya se conoce. Una vez escuchado el disparo, se acercó gente desde todas las direcciones para encontrarse con la lamentable escena.
  • Bien, tendré que revisar este lugar más a fondo.

Noté, a partir de ese momento, una actitud de alerta permanente en mi compañero; luego sacó una lupa de su saco y empezó a observar el lugar con mayor grado de detalle. Primero se centró en el sitio en que había caído el finado, que se encontraba marcado con tiza en el suelo.

  • Indudablemente el disparo se produjo desde el lado opuesto de la mesa – me comentó. Más tarde examinaré el arma, por ahora deseo centrarme en el resto de la información que pueda proporcionarnos este lugar.

Siguió examinando con su lupa el resto del recinto. Observó detenidamente las paredes, la mesada con los objetos que se encontraban encima, el armario con la vajilla y luego la cocina a leña. Se detuvo luego en lo que parecía ser una botella de alguna bebida alcohólica a la cual le tomó el aroma, juntamente con dos vasos que se encontraban a un costado, uno de ellos tenía restos que parecían ser de la bebida de la botella. Posteriormente, cruzó hasta el lado opuesto de la habitación y examinó la ventana. Empezó por los postigos abiertos, luego las hojas y los vidrios, y por último recorrió con la lupa todo el marco, haciendo algunas anotaciones en su cuaderno. Seguidamente observó el techo en toda su extensión y recorrió el piso en su totalidad. La expresión de su rostro mostraba absoluta seriedad, a la que yo ya me encontraba familiarizado cuando su mente analizaba alguna cuestión. Terminado el trabajo, me hizo una seña para avanzar a la habitación contigua.

Atravesamos una puerta de madera de hoja simple e ingresamos a una nueva habitación, de menor tamaño que la anterior. El piso era también de ladrillo y la tirantería de madera del techo era similar a la del salón comedor. Sobre una  de las paredes laterales pintadas de blanco había una ventana que se encontraba cerrada, al igual que sus postigos. Tuvimos que encender una lámpara para poder observar mejor el contenido sin abrir la ventana. Pudimos ver varios percheros con algunas prendas que presumiblemente debían pertenecer al personal de la estancia. También pudimos ver un ropero de cedro semiabierto, dentro del cual podían observarse varias mantas y manteles de distintos colores. Esteban Luro dio un lento rodeo por toda la habitación y se dirigió finalmente a la puerta trampa abierta en el piso, que daba acceso a un pequeño sótano a través de una escalera de hierro. Ingresamos lentamente y al acercar la lámpara a las paredes encontramos varias estanterías de madera sobre las cuales estaban apoyadas algunas botellas de distintos tamaños y colores, muchas de ellas con algún líquido en su interior.

  • Este pequeño sótano debe hacer las veces de bodega – mencionó el detective -. Vayamos a examinar el exterior de ésta construcción, no creo que lo que encontremos aquí adentro pueda decirnos mucho más.

Cuando estábamos a punto de traspasar el umbral de la puerta de entrada al inmueble, el detective se detuvo y giró sobre sus talones dirigiéndome nuevamente la palabra.

  • Disculpe que sea insistente, señor Ameghino, ¿pero no le sugieren nada los naipes?

Observé detenidamente la mesa nuevamente desde la puerta de entrada al lugar. Se veía claramente un mazo de cartas en primer plano y a ambos costados, dos pequeños grupos de tres cartas cada uno.

  • Insisto en mi observación anterior, señor Luro, sin lugar a dudas aquí se estaba disputando una partida de truco entre dos personas – le contesté.

Sin hacer más comentarios al respecto abandonamos la habitación, con el objeto de hacer un recorrido por el exterior de aquel lugar.