En la madrugada de este jueves 8 de agosto, Teresita Irigoyen nos dejó sin la alegría de su presencia.
Infaltable a la hora de recordar vivencias del Lobos de época, Teresita fue para aquellos que amamos escribir y enseñar, la nave insignia de muchos docentes de esta ciudad, incluso, que fueron sus alumnos.
Dueña de una memoria increíble y una narrativa aún más que justa, sincera y divertida, Teresita reunía toda esa amalgama de vicisitudes de la vida pueblerina.
Con Editorial Luna de Marzo, publicó su segunda obra de EL GUARDIAN DE LA MEMORIA II, una hermosa narrativa de las costumbres, hombres y mujeres de Lobos y sus trabajos. «No soy perfecta, corrijan lo que sea necesario nos dijo», respecto de la obra que le editamos, «eso sí, la sangría francesa no se negocia» recalcó
La última vez que pasó por el local de la Editorial narró sus travesuras con sus colegas cuando ella enseñaba, «Me encantaba ponerles sobrenombres a todas, cosas que se me ocurrían» comentó.
«Siempre luché por que los chicos tuvieran la oportunidad de ser becados por sus dotes artísticas, alguna vez lo logre, otras no tanto.» manifestaba mientras esgrimía cantidad de ejemplos.
Cuando se iba, le comenté que muchos buscaban la PRIMERA PARTE de su obra, a lo que me contestó: «Bueno, veamos si Andrea tiene el original, y usted disponga.» Mientras se rastreaba el material digital de la obra, nos dedicamos a transcribirlo y, como si fuera un presagio el mismo día que terminamos de transcribirlo, apareció el master de la obra en digital.
Hace exactamente dos días, charlamos con ella y, hoy en la mañana nos sorprendió la noticia.
Seguramente miles de guardapolvos blancos que partieron antes que ella hoy, estarán haciéndole guardia de honor en el cielo.