La tradicional feria de artesanos y emprendedores, tuvo una tarde y noche espléndida en la ciudad de Lobos.

Cuando el ocaso se había apropiado de la noche lobense, y una suave brisa soplaba en la plaza 1810, este cronista recorrió los puestos de la feria de artesanos y emprendedores que atendía a un público que recorría sus diferentes stands.

La cantidad de personas que disfrutaban de los diferentes artículos que se ofrecían, era una muestra contundente  que tales emprendimientos no solo embellecen  el lugar, sino que son una muestra palpable que el turismo en Lobos es una fuente de ingresos importante.

Pasadas las 20 hs. la afluencia de público, no solo se mantenía, sino que parecía que con lo cálido de la noche, se acrecentaba. Lo mismo sucedía con la calidad de la mercadería que ofrecían los feriantes y emprendedores.

Luego de tomar algunas fotografías al pasar, haciendo mención que eran para EL CUARTO PODER, muchas de las personas se manifestaban alegres del regreso del periódico de Lobos.

Pero, mayúscula fue la sorpresa, cuando una pareja joven de turistas, que se hospedan en un spa en la zona de la ruta 41, se mostraron preocupados por que no conseguían traslado hacia donde se habían alojado.

Es como para tener en cuenta esta trivial situación, que para un lobense puede parecer común, que las remiserías no funcionen en determinados horarios y/o días pero, para un turista desprevenido, puede ser un molesto inconveniente.

Tal vez, solo tal vez, si la secretaría que coordina el área de Turismo, Educación y Cultura, pueda arbitrar alguna solución y, si el problema es la seguridad, encontrar alguna solución aceptable para las partes que necesitan acceder a este servicio, que si es público, debería reglamentarse a sus efectos. Solo se trata de una crítica constructiva no de una interpelación

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