Anoche, pasadas las 20 hs, se inició el Vía Crucis en vivo, en el paseo de la cultura.
Una nutrida cantidad de asistentes, se dio cita en el lugar, que fue preparado a tales efecto.
En los preparativos, se puede apreciar el vestuario utilizado, que no dejó nada librado al azar
Pudimos observar a los 12 apóstoles, las damas de la misericordia, el mismo Jesús, y María, los soldados romanos, así como Poncio Pilatos y, los dos ladrones que serían crucificados a la par del Cristo.
En la reunión previa al evento, el Director General del, CARLOS JÁUREGUI, manifestaba ante las personas que lo rodeaban y, que saldrían a la puesta en escena del Vía Crucis que, «no es una obra de teatro ni una representación por sí misma, es una forma de expresar una profunda fe religiosa de lo que en verdad creemos».
«Debemos hacer sentir a los presentes, que es una exposición de amor al prójimo y de servicio exteriorizado en la fe que procesamos», entre otros conceptos.
A medida que salían hacia el sector que el público los esperaba, los relatores de la representación del Vía Crucis, comenzó a sonar la música, que este cronista, debe reconocer, estuvo a la altura del momento que se presagiaba, iba a ocurrir.
Para el cuadro de la última cena, los relatores acomodaban su relato con el tiempo preciso que el público pudiera seguir la secuencia, indudablemente esto demostró la sincronización entre lo verdaderamente contado y la expresión de cada uno de los integrantes de la escena que se apreciaba, todo un logro del director general.
Los cuadros que se repitieron posteriormente, como el de Pilatos lavándose las manos o el momento en que se lo libera a Barrabas, siguiendo por las posteriores caídas de Cristo en su camino al Gólgota no fueron menos que los anteriores, la Crucifixión de Cristo junto a los ladrones, fue el cenit de la representación del Vía Crucis, mostró una crudeza por demás elocuente, a punto tal que las imágenes finales son de una realidad llamativa.
Todo fue perfecto, si alguien se fue incrédulo debería revisar su fe, el relato paso a paso, la música in crescendo, las luces de la cámara y del tractor que acompañó la filmación de las imágenes, hizo el resto.
Este cronista, no se quedó hasta el final, las tres personas en las cruces paradas, el realismo, hicieron que tomara el camino del regreso, cavilando y pensando mientras desandaba el camino, si en verdad esa subjetividad de lo que había visto, produciría algún cambio en la vida cotidiana de esta ciudad.
Recordando aquellos días de seminarista, no entendía el por que, se hizo un día martes y no como lo marca la liturgia cristiana, el día viernes.