La movida que organizaron más 600 entidades y gobiernos, es para teñir de azul los medios de comunicación y poner en el centro de la agenda la conversación sobre el espectro autista a nivel nacional.

Los trastornos del espectro autista (TEA) son particularidades del desarrollo que provocan grandes diferencias en la percepción de la realidad y las relaciones personales. Las personas con TEA con frecuencia se encuentran con dificultades para la comunicación y la interacción social, así como también suelen necesitar rutinas específicas para no sentirse desestabilizados. Se dice que es un espectro porque los síntomas pueden variar desde leves hasta muy severos. No hay dos personas con autismo iguales.

Esta problemática crece año tras año ya que, según prevalencias internacionales, en este momento 1 de cada 36 niños cuenta con diagnóstico TEA, mientras que en el 2000 la prevalencia era 1 en 150. Es decir que hubo un incremento del 317% en 20 años.

La idea es que las personas sepan qué es el autismo, que no le tengan miedo y que cuando vean a un niño hablando o actuando diferente sepan reconocer que esa persona tiene autismo y puedan tener más paciencia y tolerancia en el trato.

«siempre hay una diferencia entre las familias que tienen recursos y las que no, pero con el autismo y ciertas discapacidades esto se nota mucho más. Como el Estado no se ocupa de muchas cosas, las organizaciones nos involucramos y buscamos acompañar y llenar estos espacios», 

La Semana Azul es sin fines de lucro y no involucra dinero, por lo que se propone como una iniciativa que “es de todos y al mismo tiempo de nadie”. Desde la organización advirtieron que lo importante de la fecha es “llamar la atención, mediática y social, para concientizar sobre el TEA y promover que todos #hablemosdeautismo un poco más durante esos días”.

Parte del informe: Lucía Bernstein Alfonsín